jueves, 18 de agosto de 2011

Desafios de la gerencia para el siglo XXI






Para poder comprender e introducirnos dentro del tema del conocimiento de los nuevos paradigmas que presenta la administración en el Siglo XXI, según Peter Drucker cabría aclarar, lo que es considerado un paradigma y cuando entendemos que se produce un cambio de paradigma.

Primeramente podríamos definir a los paradigmas como: un conjunto de reglas y disposiciones que definen o establecen límites también indica cómo comportarse dentro de los límites para tener éxito;

y un cambio de paradigma se da simplemente cuando existe un nuevo conjunto de reglas.

Frente a esto Peter Drucker indica que estamos viviendo un período de profunda transición y cambios que impulsan tanto a los países desarrollados y emergentes, como a las organizaciones y sus ejecutivos, a la aparición de nuevos desafíos que no han sido comprendidos a cabalidad.

Plantea la existencia de seis grandes desafíos en la administración de las organizaciones modernas y su efecto en la gerencia conducente al desarrollo económico de las mismas, los nuevos paradigmas de la gerencia, la estrategia, el líder del cambio, los desafíos de la información, la productividad de quienes trabajan con el conocimiento y la administración de uno mismo.

En su enfoque, considera que existen dos actividades específicas que el gerente, o cualquier puesto de mando debe desarrollar dentro de la organización, convirtiendo en al gerente en la figura central:
  1. La actividad de hacer de la organización una unidad global, es decir, considerar a la organización como un todo. 
  2. La necesidad de interrelacionar las acciones que se tomen en el corto plazo, con la visión futura de la organización. 
Los paradigmas planteados son:

1) LA ADMINISTRACIÓN NO ES ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS: Es de considerar que existen diferencias en la administración de las distintas organizaciones: después de todo, la misión define la estrategia y la estrategia define la estructura. Pero las mayores diferencias se dan en los términos que usan individualmente las organizaciones. Además, las diferencias aparecen en la aplicación, principalmente, y no en los principios. Finalmente, se debe dejar en claro que la administración es el órgano específico y distintivo de todas y cada una de las organizaciones.

2. NO EXISTE UNA ÚNICA ORGANIZACIÓN ADECUADA: No hay una única organización adecuada. Sólo hay organizaciones, cada una de las cuales tiene puntos fuertes, limitaciones características y aplicaciones específicas. Una estructura organizativa determinada se ajusta a ciertas tareas en ciertas condiciones y en ciertos momentos. Por ej.: en un momento crítico la organización necesita de un jefe, de una persona que lo dirija, que le indique cómo salir de la situación, qué hacer. En otros momentos, como por ejemplo, cuando la organización decide encarar un nuevo proyecto sobre determinado producto necesita deliberación, trabajo en equipo. Es decir, en cualquier empresa es necesario que coexistan una serie de estructuras organizativas diferentes, más hoy en día, donde los cambios son muy veloces; por lo tanto, la organización debe estar preparada para capitalizarlos. La creencia que debe haber una única organización adecuada está estrechamente vinculada con la falacia de que la “administración” es “administración de empresas”. En vez de buscar una única organización apropiada, es necesario que la administración aprenda a buscar, desarrollar y someter a prueba la organización que se ajuste a la tarea.

3) NO HAY UNA ÚNICA MANERA CORRECTA DE ADMINISTRAR A LA GENTE: hoy en día, los “subordinados” son cada vez menos, incluso en puestos bastante bajos. Se trata cada vez más de trabajadores del conocimiento. Y los trabajadores del conocimiento no son subordinados; son “asociados”. Puesto que, una vez superada la etapa del aprendizaje, debe saber sobre sus tareas más que sus jefes; de lo contrario, no sirven para nada. En realidad, el hecho de que sepan sobre sus actividades más que cualquier otra persona de la organización es parte de la definición de los trabajadores del conocimiento. Uno no “administra” a la gente. La tarea es conducirla, y la meta es hacer productivos los puntos fuertes y el conocimiento específico de cada individuo.

4) LA TECNOLOGÍA Y LOS USOS FINALES NO SON FIJOS NI ESTÁN DADOS: La administración tiene que partir ahora del supuesto de que no hay ninguna tecnología que pertenezca en exclusividad a una industria y considerar, al contrario, que todos pueden tener una importancia fundamental e influencia en cualquiera de ellas. Entre las implicaciones de este hecho se cuenta la de que cada vez más, los no clientes de una entidad son tan importantes como los clientes, si no más. El punto de partida debe ser lo que los clientes consideran de valor (el cliente nunca compra lo que el proveedor vende). La administración se basará cada vez más en el supuesto de que ni la tecnología ni el uso final son fundamentos para la política administrativa. Son limitaciones. Los fundamentos deben ser los valores del cliente y sus decisiones sobre la distribución de su ingreso de bolsillo. La política y la estrategia de la administración tendrán que partir cada vez más de ellos.

5) LA ADMINISTRACIÓN NO SE DEFINE LEGALMENTE: Lo necesario es una redefinición del alcance de la administración. Esta tiene que abarcar todo el proceso (antes sólo abarcaba mando y control). El alcance de la administración no es legal. Tiene que ser operativo. Tiene que abarcar todo el proceso. Tiene que concentrarse en los resultados y el desempeño a lo largo de toda la cadena económica.

6) EL ALCANCE DE LA ADMINISTRACIÓN NO SE DEFINE POLÍTICAMENTE: La administración y las fronteras nacionales ya no son congruentes. El alcance de aquélla ya no puede definirse políticamente. Las fronteras nacionales son importantes primordialmente como restricciones. La práctica de la administración deberá definirse cada vez más operativa y no políticamente.

Un empresario que no aprenda a administrar no durará mucho. Un administrador que no aprenda a innovar, tampoco. Hay que diseñar la empresa (y cualquier otra organización de hoy) para que el cambio sea la norma, y para generarlo en vez de reaccionar ante él.

La administración debe concentrarse en los resultados y el desempeño de la organización. En efecto, la primera de sus tareas es definir qué son los resultados y el desempeño en una organización determinada. En consecuencia, la función específica de la administración es orientar los recursos de la organización hacia sus resultados externos. La administración existe para favorecer los resultados de la institución. Debe partir de los resultados previstos y organizar los recursos de ésta a fin de alcanzarlos. Es el órgano que hace que la institución sea capaz de producir resultados externos.

Dentro de las funciones básicas que la administración debe desarrollar en la organización, Drucker propone lo siguiente:

  1. Fijar objetivos y estrategias
  2. Organizar a los diferentes y múltiples elementos que definen la organización, utilizando como herramientas fundamentales a la división del trabajo, la delegación de autoridad y la asignación de responsabilidad. 
  3. Motivar a los trabajadores para que participen eficientemente en el logro de los objetivos. 
  4. Establecer los canales de comunicación entre los diferentes elementos que conforman la organización. 
  5. Evaluar el trabajo desempeñado por las diversas unidades, en función de estándares que la misma organización o la propia gerencia haya establecido. 
  6. Desarrollar habilidades en los subordinados, como estrategia para incrementar el conocimiento que la organización pueda ofrecer a través de la capacitación de sus recursos humanos. 
Drucker finaliza el libro con lo que él llama el desafío de la administración de uno mismo. Sugiere que los trabajadores tendrán que situarse dónde puedan hacer el máximo aporte y tendrán que aprender a desarrollarse por sí mismos. Plantea que la vida laboral promedio será de 50 años, especialmente para las personas que trabajan con el conocimiento; en esas circunstancias deben prepararse esa nueva realidad. Estas personas tienen que plantearse varias preguntas y responderlas: ¿quién soy? ¿Cuáles son mis aptitudes? ¿Cómo trabajo? ¿Dónde debo estar? ¿Cuál es mi aporte? También tiene que asumir la responsabilidad de sus relaciones y planificar la segunda mitad de su vida. Por último, Drucker, resume lo tratado con la frase “el tema del libro es futuro de la sociedad”.

CONCLUSIÓN
El centro de una sociedad es la institución administrada como órgano de la sociedad para producir resultados. Y la administración es la herramienta específica, la función específica, el instrumento específico para hacer que las instituciones sean capaces de producir resultados. Esto exige un nuevo paradigma final de la administración:


“La preocupación y la responsabilidad de la administración son todas las cosas que afectan el desempeño de la institución y sus resultados, ya sea interna o externamente, bajo el control de la institución o totalmente al margen de él”.

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